Pasando el ratón por encima de la imagen, podrá comprobar la enorme diferencia que existe entre lo proyectado y lo realizado hasta el momento. Si sólo poco más de dos fachadas y ocho torres, producen admiración y congregan millones de visitantes de todo el mundo, la obra, una vez concluida, será uno de los más impresionantes monumentos creados por el hombre. Las
más recientes previsiones calculan que se podría llegar a
finalizar dentro de unos 30 años, esto es, algo antes de que se
celebre el segundo centenario del nacimiento del genial arquitecto. |
1882-1926
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La obra más conocida de Antoni Gaudí, ni fue iniciada por él, ni evidentemente acabada. A la edad de 31 años se hizo cargo de la dirección de las obras de este Templo, tras la dimisión del arquitecto Francisco de Paula Villar que las inició, y cuando ya se había construido una parte de la cripta subterránea. Gaudí cambió radicalmente el primer proyecto sustituyéndolo por uno propio, mucho más ambicioso, original y atrevido que el primero. Esta fachada, la del Nacimiento, es la parte de la obra que Gaudí deseaba dejar terminada como muestra y ejemplo para sus continuadores, ya que él, muy a su pesar, tuvo que aceptar que era imposible llegar a realizar una obra de esta envergadura en el corto periodo de una vida. Casi en los inicios había sido tan optimista que soñó con que podría llegar a acabarla en poco más de diez años.
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![]() La desbordante riqueza de figuras y elementos decorativos de la fachada del Nacimiento, se torna más sobria en la parte interna. No obstante, esta apreciación no es del todo correcta, ya que aún tienen que ser esculpidos "in situ" varios elementos, y faltan algunas esculturas sobre las repisas y hornacinas correspondientes. |
La perspectiva casi completa de la parte posterior de la fachada del Nacimiento, visible años atrás tal como inmortalizó esta imagen, comienza a ser tapada por la construcción de las naves centrales. Aunque en algún momento las formas de la Sagrada Familia puedan recordar el estilo gótico, nada más lejos de la realidad en su esencia. El gótico se veía obligado a contrarrestar el desplazamiento de las fuerzas, utilizando contrafuertes y arbotantes. Es decir, los arcos exteriores tenían una función de apoyo, no de decoración. Gaudí dijo una vez, que es como si un jorobado para disimular su defecto se pusiera banderitas encima. En la arquitectura gaudiniana, por el contrario, los pesos y las fuerzas se desplazan en sentido vertical, por ello, en algún caso, los pilares o columnas están inclinados. Precisamente para contrarrestar un pequeño desplazamiento lateral. De esta forma, como se ha comentado anteriormente, es innecesario el empleo de contrafuertes, apoyos y arbotantes, tan característicos e imprescindibles en el gótico. Por este motivo, las dos fachadas existentes han podido ser edificadas como si fueran construcciones independientes del resto del templo. |
En la fachada del Nacimiento Gaudí volcó toda su fantasía. Incluyó infinitas formas de la Naturaleza, desde rocas redondeadas que recuerdan el macizo de Montserrat, hasta figuras humanas y temas vegetales, logrando una especie de sorprendente y bellísimo neobarroquismo. En esta fachada, llena de simbolismos, Gaudí quería resaltar la alegría por el Nacimiento de Jesús. Toda ella es un inmenso Portal de Belén. Allí están todas las figuras tradicionales: Jesús, María, San José, la mula y el buey, los Reyes, los ángeles, los pastores... y otras escenas de la infancia de Jesús, como la degollación de los Santos Inocentes. La parte baja está compuesta por tres portales. El del centro y de mayor altura, el del Amor, incorpora escenas del Nacimiento. La entrada de la izquierda, el Portal de la Esperanza, refleja escenas de la degollación y de la huída a Egipto. La puerta de la derecha, el Portal de la Fe, contiene escenas bíblicas como la Anunciación. |
Fachada del Nacimiento Esta fachada fue la que abordó primeramente Gaudí, en contra de la opinión de algunos de sus amigos que opinaban que quedaba de espaldas a la ciudad. El argumento del arquitecto fue que esta fachada mostraría una mayor profusión de formas y simbolizaría la alegría del nacimiento, mientras que la de la Pasión que quedaría en el lado contrario, y que representaría la tragedia de la muerte del Señor, podría ahuyentar a los visitantes. El simbolismo, constantemente presente en su obra, le hace situar la fachada del Nacimiento encarada hacia oriente, por donde nace el sol, y la de la Pasión hacia poniente, por donde muren los rayos del astro rey. En 1900 ya alcanzó esta parte la altura de 32 metros. La posterior falta de recursos económicos frenó sensiblemente este acelerado ritmo de construcción.
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Coronando el Portal de Amor, se descubre un ciprés sobre el que vuelan blancas palomas. El color verde está formado por fragmentos de botellas de cristal. |
![]() Sobre
una superficie de puntos que simboliza la Vía Láctea, |
![]() Gaudí era partidario de una imaginería realista, tal como se estilaba en su época. Por ello, con la colaboración de uno de sus ayudantes, el escultor Matamala, se obtuvieron moldes en escayola de seres humanos y de animales, para representar con la máxima fidelidad los detalles anatómicos. |
![]() Según se cuenta, para el soldado sirvió de modelo un fornido mozo de una taberna próxima a las obras. El asno que aparece en el grupo escultórico de la Huída a Egipto, fue reproducido del de una mujer que llevaba un pequeño carro y vendía arena para fregar. La dueña lloró de manera incontenible durante la realización de los moldes, porque pensaba que el pobre animal no sobreviviría. |
El simbolismo está siempre presente en la obra de Gaudí. Si doce son las torres de las fachadas, en referencia al número de apóstoles, los remates de cerámica de éstas, tienen forma de mitras episcopales, en alusión a que los obispos son los herederos de los primitivos apóstoles. A su vez, tanto en las torres como en otras partes del templo, Gaudí ha incluido palabras de loa a Dios, o invocaciones cristianas. |
Las
Torres
Las ocho esbeltas torres en forma de huso que hay totalmente construidas, son las que confieren a la silueta de la Sagrada Familia su característico perfil. Las pequeñas ventanas que se disponen en las torres en forma de espiral, parecen que impulsan la visión de quienes las contemplan hacia las alturas.
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En el primer plano de la parte superior de la torre hay una zona que parece estar compuesta por escamas. Gaudí fue un atento observador de la naturaleza de donde copió formas y texturas. Consciente de la dificultad que podía suponer la reparación de los elementos decorativos incluidos en la parte superior de las torres, Gaudí las revistió con mosaicos vítreos, fabricados especialmente en Murano (Italia), para conseguir así una máxima resistencia a las inclemencias meteorológicas. Lo que posiblemente hubiera sorprendido a Gaudí, es que varias décadas después de su fallecimiento se recurriera a un grupo de montañeros-escaladores para que subieran al pináculo de algunas de las torres a fin de desarrollar trabajos de reparación y limpieza. |
Cuando ocurrió el trágico accidente de tráfico que provocó el fallecimiento de Gaudí, en junio de 1926, sólo se había terminado una de las torres de la fachada del Nacimiento. La que en esta imagen (vista desde el interior de templo) aparece a la izquierda. Las tres restantes, que se encontraban bastante avanzadas, se fueron acabando dentro de los cuatro años siguientes. |
Vista desde arriba de una de las escaleras de caracol existentes en el interior de cada una de las torres. Nunca las escaleras de caracol fueron más merecedora que estas para ser designadas por este nombre. La imagen que se reproduce parece pertenecer, verdaderamente, a la concha de un caracol. Gaudí, tenía pensado construir unas campanas tubulares que penderían por el hueco interior de cada una de las torres. |
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Fachada
de la Pasión Junto a un viejo boceto realizado por Gaudí, las obras en su estado actual. |
Para enfatizar la tragedia de la pasión y muerte de Jesús, Gaudí proyectó que las columnas de esta fachada tuvieran la forma de huesos humanos. A diferencia de la recargada, pero bellísima fachada, que queda en la parte contraria, la del Nacimiento, en ésta, Gaudí, eliminó todo lo accesorio, predominando la simplicidad y el minimalismo |
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Paradójicamente, uno de los artistas que firmó el manifiesto en el que se rechazaba la continuación fue el escultor Josep Maria Subirachs, quien se haría cargo posteriormente de realizar los diferentes grupos escultóricos que se muestran en esta fachada. |
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Aunque es indudable el prestigio y la categoría artística de Subirachs como escultor, si uno se basa en el estilo que Gaudí eligió para la fachada del Nacimiento, es bastante probable que el viejo arquitecto tuviera un verdadero 'shock' al contemplar las esculturas que se han expuesto en esta fachada. Difícilmente estaría de acuerdo con ellas.
Sobre el eje central de la fachada, diferentes imágenes evocan distintas escenas de la pasión y muerte de Jesús. |
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Dentro
de un estilo totalmente contemporáneo, Subirachs ha tratado de ser
fiel a algunas pautas marcadas por Gaudi en sus trabajos. Los
guerreros con yelmos que aparecen tras la figura de la Verónica, son
casi una réplica de la chimeneas diseñadas para La Pedrera. |
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Aparte de los grupos escultóricos, Subirachs también ha esculpido unas originalísimas puertas plenas de grafismos tipográficos y bajorrelieves. Ciertamente la aportación de Subirachs ha sido de una elevada y óptima calidad artística. |
Josep
Maria Subirachs Sitjar En 1986 fue designado para realizar el trabajo escultórico de la fachada de La Pasión, a cuyo cometido se dedicó casi exclusivamente durante varios años. |
GAUDÍ |
Obras (marzo 2002) La nave central, en la cara sur del templo, ya se eleva hasta a su altura definitiva. Cubriendo este frontal irá la Fachada de la Gloria, que en su día será la entrada principal. Como puede observarse, esta nave está conformada por un bosque de gráciles columnas que al elevarse se abren a semejanza de palmeras. En el techo, unos rosetones de clara inspiración vegetal acentúan esta sensación. Con el avance de las obras está en peligro un pequeño y modesto edificio de ladrillos, de una sola planta, que hizo Gaudí para las Escuelas de la Sagrada Familia. Le Corbusier, al verlo, quedó tan impresionado que hizo un diseño de él para conservar sus detalles. Lamentablemente, ya se ha destruido una parte de esta pequeña obra maestra. En la actualidad se están promoviendo iniciativas para su posible traslado. |
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Estos módulos, de clara inspiración gótica, han sido construidos recientemente para arropar lateralmente la nave central. La imagen de la derecha es prolongación de la fachada del Nacimiento, mientras que la otra pertenece a la fachada de la Pasión. |
En
la imagen de la izquierda se hace patente, una vez más, el sistema
arquitectónico preconizado por Gaudí. Los pilares inclinados
soportan con mayor eficacia que si fueran verticales, todas las
fuerzas resultantes de la carga y peso de los materiales, derivándolas
hacia el suelo sin que sea necesario el empleo de otros apoyos, como
sucede en la arquitectura gótica.
La catedral de Colonia, muy admirada por Gaudí, le sirvió en algunos momentos como inspiración para algunos detalles de este proyecto, tras adaptarlos a su particular manera de concebir la arquitectura. A su vez, el maestro fue experimentando innovaciones, materiales y diseños en cada una de sus obras anteriores.
Conforme se vaya produciendo un sensible avance en las obras, esta página irá siendo actualizada. |
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(Silueta del templo, según un boceto dibujado por Gaudí) Como se ha comentado en algún otro lugar de estas páginas, gran parte de la documentación de Gaudí sobre los proyectos e ideas que pensaba aplicar en el templo de la Sagrada Familia, fueron destruidos durante la guerra civil española, en 1936. Por otra parte, la forma personalísima de trabar del maestro, que intervenía en cada uno de los detalles de la construcción y que acostumbraba a hacer modificaciones sobre la marcha, hacen imprevisible algunas de sus posibles soluciones. Este factor ha ayudado a la polémica sobre la continuación o interrupción de las obras.
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(Vista general con mayor detalle, en un dibujo de Joan Rubió i Bellver, arquitecto ayudante de Gaudí) Esta visión de conjunto se sitúa en el centro la Fachada de La Gloria, aún por iniciarse. Las torres de la izquierda son las de la Pasión y las del extremo derecho, apenas perceptibles dentro del conjunto, las del Nacimiento. Sobre ellas sobresalen las torres de los cuatro Evangelistas y, por encima de todas, la dedicada a Jesucristo de cerca de 180 m de altitud.
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(Diferentes
bocetos realizados por el escultor Llorenç Matamala, otro de los
ayudantes de Gaudí y colaborador en la ejecución de las imágenes
que aparecen en la Fachada del Nacimiento.)
Estos esbozos, hechos por un escultor y que por tanto es justificable que no corresponden con absoluta fidelidad a las dimensiones y proporciones previstas, posiblemente, sirvieron a Gaudí para 'visualizar' los volúmenes y relieves de su proyecto. El de arriba a la izquierda se ve claramente que corresponde a la Fachada de la Pasión. El esbozo de la parte superior izquierda ofrece una visión algo en diagonal, con las fachadas de la Pasión a la izquierda y la de la Gloria a la derecha. La última imagen refleja, bastante sobredimensionada, la Fachada de la Gloria. |
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Esta extraña reproducción no se encuentra aquí por error. Así era el proyecto del arquitecto Francisco de Paula Villar, antecesor de Gaudí e iniciador de las obras de la Sagrada Familia. Y era así como hubiera sido este templo. Afortunadamente este vulgar edificio neogótico fue abortado cuando estaba concluyéndose su cripta. Dicha zona subterránea, construida de acuerdo con el primer proyecto y con mínimas modificaciones introducidas por Gaudí, se ha mantenido abierta al culto religioso desde los inicios, como Iglesia Parroquial. |
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El
pasado año 2000, el Vaticano autorizó el inicio del proceso de
beatificación que podría llevar a Antoni Gaudí a los altares. Esta
autorización se produjo tan sólo dos meses y medio después de
que el cardenal arzobispo de Barcelona, Ricard M. Carles, solicitara
formalmente a la Santa Sede la apertura de la causa. Lo que demuestra
las 'presiones' que acompañarían a dicha petición.
La idea surgió en 1992. Mientras Barcelona se preparaba para celebrar los Juegos Olímpicos, un grupo de cinco amigos, vinculados con el Opus Dei, constituyó la "Associació pro Beatificació d'Antoni Gaudí". Desde entonces han publicado biografías del arquitecto, destacando su gran fervor religioso en la vejez así como la humilde vida que llevó en sus últimos años. También ha impreso y distribuido estampas con la imagen de su candidato a santo. De momento, el argumento principal esgrimido en favor de esta beatificación es que "tenía madera de santo". Ahora, los promotores, deben ceñirse al "Manual para instruir los procesos de canonización" que indica que es necesario que se haya producido, al menos, un milagro después de la muerte del siervo de Dios. Y para pasar a la canonización se requiere otro milagro ocurrido tras la beatificación. El "abogado del diablo" tiene ante sí una dura prueba. En más de una ocasión se ha paralizado procesos similares por no haber encontrado estos exigidos milagros. Por otra parte, algunos detractores y enemigos de Gaudí de su época, le crearon una cierta leyenda negra, acusándolo de masón, drogadicto (a lo que sí tenía verdadera adicción era al café), alquimista, e incluso lanzaron dudas sobre su sexualidad (ya que no tuvo jamás novia y murió soltero). Ninguno de estas acusaciones ha podido ser demostrada. En su vida no se han encontrado puntos oscuros, pero de eso a que deba ser elevado a la santidad, hay un gran trecho.
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El 11 de septiembre de 2001 se conmovió el mundo ante el mayor atentado terrorista de la historia. Cuando los escombros estaban aún humeantes, surgieron las primeras propuestas para rellenar aquel trágico vacío. Estas iban, desde edificar una especie de minibarrio, con plazoletas, árboles, viviendas residenciales y comercios elitistas, a construir cuatro torres de 50 pisos en lugar de dos altos rascacielos, pasando por la más absurda de todas, hacer dos réplicas de las torres, pero totalmente huecas y desocupadas. En ningún momento debía olvidarse que se había destruido, nada menos, que el 20% del espacio físico destinado a oficinas en Manhattan, y que esta ocupación imprimía vitalidad a la ciudad de los rascacielos. Incluso organizaciones ecologistas y ambientales coincidieron en que podría producir más inconvenientes trasladar este elevado número de oficinas a otras zonas, que reubicarlas en el mismo lugar. La revista brasileña "SUPER interesante" propuso la construcción del rascacielos que Antoni Gaudí estudió sobre 1910, para ser destinado a hotel en Nueva York, y que no pasó de ser un inicio de proyecto. Por suerte se conservan algunos bocetos de él, dibujados por Llorenç Matamala, escultor y colaborador de Gaudí, en el Centro de Estudios Gaudinistas (CEG) de Barcelona. Este edificio de Gaudí, con sus 310 m de altura, hubiera sido el más alto de Nueva York en su época. El Empire State, construido 20 años después, lo sobrepasaba sólo en 60 m. |
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Un proyecto que sería una solución perfecta para sustituir las torres gemelas del World Trade Center. La ilustración publicada en SUPER (arriba), hecha por el ilustrador Newton Verlangieri, se hizo basándose en un dibujo del escultor Llorenç Matamala, amigo y colaborador de Gaudí |
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A
primera vista, al arquitecto Luis Gueilburt, director del CEG, la idea
de 'SUPER' le pareció absurda, si bien admitió que la construcción
sería técnicamente posible, sobre todo en Estados Unidos, y que,
incluso, podría llegar a aceptar el reto de rehacer el proyecto.
En favor de esta propuesta la citada revista argumenta que con sus formas redondeadas y orgánicas el edificio sería un lugar mucho más agradable que cualquiera de los hechos con acero y vidrio, y que por su originalidad, atraería tanto a oficinas de empresas como a turistas. Puestos a sugerir, creen que la planta baja podría ser íntegramente reservada para fines religiosos: una iglesia católica, un templo protestante, uno budista, otro hindú, una sinagoga y una mezquita. Con ello se corroboraría que Nueva York es la ciudad más multicultural del mundo. Esta es la noticia que nos llegó de Brasil, sin duda, extraordinariamente curiosa e interesante. A su vez se demuestra, una vez más, que la genialidad de Gaudí es valorada universalmente.
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Estas obras de realización
de página no durarán tanto como las del templo de La Sagrada
Familia
que ya llevan algo más
de un siglo... ¡lo prometo solemnemente!